marzo 14, 2013

13 años después


Hace ya 13 años que me fui de Venezuela y a pesar del tiempo y la distancia me sigo sintiendo Venezolana, aunque ya no tenga ni un solo documento legal vigente que así lo demuestre.
Eso no me quita el derecho de seguirlo siendo y tampoco me quita las ganas de opinar, algo que evito a diario en las redes sociales por temor a un insulto innecesario de cualquiera que lea mi comentario.
Es lamentable lo que puedo ver desde afuera, siempre me pregunto, que sería de mi si todavía viviera en Caracas, probablemente estaría igual de atormentada que todos los demás y desesperada entre tanta confusión… quien sabe…
Aunque ya no soy parte de esa sociedad, igual me afecta.
Me afecta saber que parte de mi familia y de mis amistades llora la muerte de Chávez porque siguen creyendo en él y que la otra parte también sufre por no saber lo que les espera. Me afecta ver como ninguno de ellos vive en armonía, sin poder vivir algo mejor, que se les pasa la vida esperando salir de ese caos que quieran o no los consume a todos por igual.
Nunca he hecho nada por la situación de Venezuela, quizás por eso a veces no me siento con moral para opinar. Me he dedicado a seguir mi vida, que tampoco es que sea un jardín de rosas por estar afuera, aceptando lo bueno y lo malo que me toca respetando siempre la vida y las opiniones de los demás.
Entonces lo que me queda es pedir por mí y por todos los demás, luz, entendimiento y claridad, salud para seguir viviendo, fuerza para cambiar lo que se pueda, serenidad para aceptar lo que no podemos cambiar y sabiduría para conocer la diferencia.

Que todos estemos seguros
Que todos seamos felices
Que todos estemos sanos
Que todos estemos contentos
Que todos nos podamos amar completamente, así como somos en este momento, sin importar lo que pase.